Mundo ficciónIniciar sesiónAMANDA:
Es domingo, diez de la mañana y todos duermen en casa. La fiesta duró hasta bien entrada la madrugada. Por fin me levanto y, asombrada, miro que toda mi casa está organizada y limpia. Decido ir a la cocina y veo a Alex desayunando.
—Buenos días, hijo —lo saludo, comprendiendo que es obra suya—. Gracias por la ayuda.—De nada, mamá —sonríe al escucharme—. Pero es que no me gusta el desorden. ¿Te gustó la fiesta, mamá?—Sí, hijo, fue hermosa —contesto, feliz de que todo saliera como lo planeé—. Todo salió perfecto. ¿Y a ti te gustó?—Sí, me gustó. ¿Ahora vas a dejar de estar encima de nosotros? —pregunta sin dejar de mirarme.Sus palabras me toman por sorpresa. La manera directa en la que lo dice me hace detenerme, pero no me molesto; sé que detrás d






