Valentino estaba sorprendido del atrevimiento de Macarena, ella no era así, parecía otra persona, pero a decir verdad le agradaba esa faceta atrevida de ella, porque siempre se cohibía, soltó una carcajada cuando lo besó y lo tiró a la cama.
—¡Diablos Rena! No es que me queje de esto, sin embargo, no puedo evitar preguntarte ¿Qué sucede? ¿Vas a contarme tu sueño? ¿Quién carajos es Julián? —preguntó, sintiéndose un poco impotente ante el misterio y actitud de la chica.
—Valentino, deja de preguntar y hagamos a Meliena —exigió.
—¿Sabías que estás un poco loca? —inquirió, no obstante, enseguida se giró dejándola debajo de su cuerpo.
No obstante, antes de poder abandonarse a esa pasión que los consum&iacu