TE AMARÉ POR SIEMPRE
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Por: Pandora
El nacimiento del heredero de la mafia

Esa noche lluviosa, el nacimiento del heredero de la mafia griega estaba sucediendo en la ciudad de Culiacán Sinaloa, México, tierra cuna del narcotráfico y la ciudad del norte más rica por el flujo de dólares que los mafioso traen de los Estados Unidos

—!Puja Abigail!

—!puja qué el bebé ya viene!

El médico ginecólogo que atendía el parto de Abigail Montesinos heredera de la mafia Mexica, estaba haciendo milagros para que el bebé naciera, ella estaba muy débil, se había dejado casi morir cuándo cayó en depresión después de su doloroso divorcio con Sasha Diamantis, el actual cabeza de familia de la mafia griega.

Sasha era un mafioso cómo pocos, su extremo atractivo, su inteligencia para liderar y llevar los negocios de su familia a un nivel superior a todos sus antecesores lo distinguía por completo

La lluvia arreciaba afuera los ensordecedores truenos se mezclaban con los gritos de dolor de Abigail.

—¡Sasha maldito desgraciado!

—¡Duele como el infierno!

Con la frente sudorosa y el rictus de dolor en su pálido rostro, en un último esfuerzo Abigail Montesinos dió a luz a un hermoso niño con los mismos ojos marrón claro que los de su padre, el bebé lloraba con gran fuerza dando a notar sus perfectos pulmones a pesar de que su madre apenas y comió los últimos meses.

Abigail después de que fue expulsada por la familia Diamantis de la forma más vergonzosa y humillante, regresó con su familia y se encerró en su habitación a llorar y a dormir, amaba con locura a su esposo Sasha, ahora que no lo tenía, que la había dejado, la vida ya no tenía sentido para ella.

Su familia sufría por su estado tan deplorable, su padre y su hermano por un momento llegaron a pensar que Abigail moriría de amor.

No hubo cosa que no hicieran por animarla, le ofrecieron el mundo, viajes, joyas, dinero, incluso la cabeza del propio Sasha pero ella no concebía hacerle daño alguno al amor de su vida aún a pesar de la manera tan cruel en la que la había tratado

La familia Montesinos odiaba a Sasha por haberle hecho tanto daño a Abigail que era cómo un ángel que el cielo les había prestado, se la tenían jurada, lo matarían en la primera oportunidad que tuvieran aunque la hermosa Abigail no estuviera de acuerdo, para los Montesinos ese perro miserable no merecía seguir en éste mundo!

El médico acercó al pequeño a Abigail para que lo conociera, la joven madre de apenas veinte años lo abrazó a su pecho mientras las lágrimas mojaban su rostro

《!Mi pequeño bebé! Te prometo que saldremos adelante, no tengas miedo que no voy a permitir que nada te haga falta... yo seré tu fuerza y tú serás la mía...》

Abigail llenaba de besos a su hijo, era imposible que a ella no llegara el recuerdo de Sasha, habría deseado que juntos recibieran a su compartieran éste momento tan especial, pero eso no fue posible, él la sacó de su vida por completo y para siempre sin importarle el gran amor que sentía por él

Apenas entregó su bebé al doctor Abigail cayó en un sueño profundo, sus inmensas ganas de recuperarse por su hijo no serían suficientes, ella iba a necesitar atención especial, estaba casi en los huesos y carente de vitaminas en su cuerpo, la palidez en su rostro era extrema, grandes ojeras decoraban sus hermosos ojos

Dos bolsas de sangre, un suero vitaminado y mucho reposo necesitó para poder recuperarse un poco, despertó al segundo día sedienta y buscando a su bebé

Su hermano Antonio estaba a su lado, no se había separado de ella un solo momento al igual que su padre, el señor Marcos Montesinos había ido recién a la mansión de la familia a ducharse y cambiarse de ropa para regresar de inmediato, ni siquiera comía por estar pendiente de su preciada hija

—Tengo sed...— Abigail pidió agua con suave voz

Antonio se apresuró de inmediato a ayudarla a beber de una botella agua que había reservado para ella

—!Bebe despacio Abi! es un gusto verte despertar, te vez mucho mejor ahora que eres madre, hermana!

—¿Dónde está mi bebé Antonio? !quiero verlo!

En ese momento entró la enfermera con un pequeño bulto azul en sus brazos, lo habían llevado a bañar y lo traían de regreso muy guapo a qué conociera a su madre

Abigail apenas lo vió lo quiso tener en sus brazos, lo llenó de besos y se lo entregó a Antonio para que lo alimentara

—señora Montesinos es hora de su baño, le ayudare en todo usted no se preocupe, si usted se siente mejor el doctor podrá darla de alta está misma tarde!

Abigail se alegró, Antonio sonrió sin quitarle los ojos de encima a su sobrino, él lo había estado cuidando mientras Aby despertaba

—¿Cómo vas a llamarlo Aby? debe tener un nombre desde ahora para que tenga una identidad! comentó Antonio mientras daba palmaditas en la espalda al pequeño para sacarle el aire

Abigail lo miraba con una ceja enarcada, ¿desde cuándo te volviste tan experto para cuidar bebés Antonio?

—No lo sé, se me da natural supongo, además éste chiquitín se porta muy bien, ¿verdad que sí pequeño? Antonio chiqueaba a su sobrinito ante la mirada de asombro de Aby

—Está bien.. está bien... lo llamaré Abelardo!

—¿Queee? ¿enloqueciste? ¿le quieres poner el nombre del pájaro gigante de plaza sésamo? !me opongo!

—!Qué ocurrente eres Antonio! le pondré Abelardo en memoria de nuestro abuelo que dios tenga en su santa gloria

— !Ja! no creo que esté en la santa gloria precisamente eh! el abuelo era un asesino de sangre fría, mató a muchos enemigos para llegar a la cima de la cadena, gracias a él somos ahora los mafiosos más ricos y prósperos de todo el país y algunas partes del mundo! Cómo sea Antonio, el abuelo tenía los nervios de acero, era un guerrero y tenía muy claro que la familia es el tesoro más preciado! él nos enseñó que la lealtad es lo más importante en ésta vida, incluso más que el amor...

—! Abelardo Montesinos! suena bien, viéndolo de mejor manera me agrada! es un nombre poderoso, ¡entonces te llamaràs Abelardo bebé! le decía el mafioso Antonio al pequeño que en esos momentos estaba despierto

—¿Aby, Le piensas contar a Sasha de su nacimiento?

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