El ambiente en la sala de espera era incómodo y muy sofocante, poco antes de que Sasha y Lukani se fueran a los golpes, Abelardo los calmó, él también quería desquitarse con el padre de Antonella por haberle disparado, aunque hubiese sido por equivocación el daño estaba hecho
Señor Lukani, ¿creé que es momento para ponerse a pelear? la vida de Antonella y la de mi hijo pende de un hilo, le aseguro que no necesito más drama. - la voz gruesa demandante de Abelardo se impuso
Está bien. - Lukani fue a sentarse de no muy buena gana a uno de los cómodos sillones, estaba realmente afectado por lo que había ocasionado, solo estaba tratando de desquitar su frustración, además que el odio que sentía por Sasha, no había disminuido ni siquiera un poco a pesar de los años transcurridos
Al pasar una hora con quince minutos en los que se los dos padres mafiosos se estuvieron malmirando todo el tiempo, un doctor salió a darles información
¡Familiares de Antonella Gambino!. - el galeno levantó la voz