Violet Salvatore
Me levanté de la cama desnuda como Dios me trajo al mundo y fui al baño para darme una ducha. Giuliano se veía sorprendido pero no dijo nada más.
Entré al agua luego de que tuviera la temperatura deseada en un minuto o menos y después escuché la puerta abrirse pero fingí no escucharla. Las manos de Giuliano apretaron mis caderas y lo miré esperando que dijera algo.
-Se te fue la timidez nena- No creía que eso fuera del todo cierto, porque aún lo que me decía me hacía sonrojar muchas veces. No me acostumbraba a que me hablara con tanta vulgaridad
-Algún día se me pasaría- Continué lavando mi cabello restándole importancia. A él le molesta que lo ignoren o que lo contradigan y por eso lo hice aún más
-¿Solo dirás eso?- Estaba desconcertado, seguro esperaba que le dijera que estuvo genial o que lo halagara de alguna manera, pero eso no sucedería. Inflar más su ego después de todo lo que me ha hecho rabiar, de ninguna manera
-¿Necesitas que te diga algo más? No fue gra