POV: Amaia.
Su pene es largo y grueso. Se siente caliente y aterciopelado. Suave y a la vez, duro.
No puedo ocultar que mi boca se hace agua, mucho menos, mientras Adam deja salir un gruñido ronco que me eriza la piel cuando muevo mi mano arriba y abajo, cuando lo saco del todo de sus calzoncillos. La orden dada por él, solo un segundo atrás, me excitó a tal punto que sentí mis bragas mojarse aún más. Mi cuerpo es todo un recipiente de emociones contenidas y solo serán liberadas cuando lo tenga dentro de mí.
No mentí cuando le dije que daría lo mismo aquí, allá o dónde fuera. Lo cierto es que necesito sentirlo de una vez.
Y cuando su cuerpo se levanta un poco y su mano viaja hasta uno de sus bolsillos traseros, puedo entender que la cosa comienza a volverse real. Muerdo mi labio inferior con la expectativa, Adam observa el movimiento con mirada sagaz y su otr