EL LUNES POR LA MAÑANA a primera hora, Pierre —mi jefe—, me llama para decirme que vaya a su despacho en cuanto llegue a la oficina.
Cuando entro en su despacho lo encuentro acompañado de Anna, la jefa de recursos humanos, y Lluis, el encargado de personal.
—Buenos días —digo muy nerviosa. No sé que va a pasar.
—Buenos días señorita Stone, siéntese por favor —me dice Pierre que está muy serio al igual que los demás.
Llevo seis meses trabajando en la agencia de Lola y Héctor.
Después de volver de Londres, Pierre me llamó para ofrecerme un puesto como ajudante de Marisa, la coordinadora de vestuario. Y aunque al principio dude un poco, me pareció que era una buena oportunidad para aprender y acepté.
—Sabemos que llevas aquí poco tiempo, pero este último mes te hemos estado evaluando.
—¿Ha pasado algo? ¿Hay algún problema con mi trabajo?
—Lo siento, ¿t