Capitulo 8
Todo mi cuerpo dolía y mi boca tenía un sabor amargo a sangre, no quería levantarme porque todo el cuerpo me dolía y quería acomodarme pero no podía.
Al fin logró abrir los ojos y observo como una aguja esta en mi mano pasando lo que supongo que es suero.
— ¿dónde estoy?
— en el hospital central, ¿cómo te sientes? — pregunta una enfermera
— me duele el cuerpo.
— es normal, pronto mejorarás, voy a traer al doctor para que pueda verte.