Candy terminó sus clases, y el horario del almuerzo lo pasó con las empleadas, las cuales no podían creer que la joven las invitara a sentarse con ella en el comedor, y es que a Candy no le gustaba comer sola, aun así, Rosa llamo a su jefe, para evitar cualquier problema, pero Amir solo dijo, lo que la señora quiera, ustedes lo hacen, y así fue, luego se retiró a su habitación, donde pasó unas cuantas horas dibujando, algo que le encantaba.
— Señora, la señorita Melody está aquí.
— Ella ¿puede venir aquí? A mi cuarto.
— Señora, es usted la que da las órdenes, nosotros solo la obedecemos no debe preguntarnos.
— No quiero causar problemas.
— Usted no causa problemas, es muy piadosa y buena, ayer salvo la vida de Miguel, aunque no lo mereciera, jamás creí ver algo semejante, cualquiera en su lugar hubiera dejado que el señor Amir o el señor Matt lo mate.
— No está bien lo que hizo Matt, ni Amir, es verdad que Miguel me hizo se