LillieMe dejó desconcertada con toda su falsa actuación. Mi familia se creyó toda la amabilidad que les demostró. Además, alucinan con él. Por ese lado, las comprendo. Puedo decir que en alguna otra ocasión también pasó conmigo, pero no tengo que dejar que eso vuelva a ocurrir. No puedo darle gusto en lo que él quiera. Si lo hago, creerá que tiene todas las de ganar conmigo y pensará que ya me tendrá comiendo de su mano. Tengo que pensar con inteligencia y astucia. Necesito hacerlo, ya que todo esto me confunde. No puedo creer que en tan poco tiempo que tiene de haberse ido ya lo comienzo a extrañar. Es algo estúpido y sinsentido, pero algo en mí cambia.Tengo dolor de cabeza por no haber dormido muy bien. Mi mente no dejó de pensar en él, así que no logré conciliar el sueño. Mi hermana me dio algo para el dolor. Me encuentro con ella en la cocina preparando el desayuno. Hoy es domingo, por lo que no trabaja, de modo que le toca cocinar.—¿Todo bien? —le pregunto cuando la noto distra
Lloro sin parar en mi habitación. Me encerré para que mi madre y mi hermana no se enteraran de nada. Tengo que hacerlo por ellas, que dieron todo por mí. No puedo dejarlas solas cuando más me necesitan. No tenía muchas opciones. También debía ese dinero, y por esa razón él me acorraló en el baño del hospital. Si le doy lo que tanto me ha pedido desde que lo conocí, tal vez después me deje en paz y se marche para siempre de nuestras vidas. Solo será una noche, solo una noche.¿En realidad quiero eso? ¿Quiero que se vaya? Ya no sé qué es lo que quiere y qué no.Me duermo por un instante, pero tengo sueños extraños. Es una casa enorme y parece ser de las afueras. De repente, un hombre de cabello oscuro, piel bronceada, tatuado, aparece. No veo su rostro. Me recuesta en un escritorio y me agarra de las piernas. Yo solo sollozo. Él desabrocha su pantalón y lo baja para tomarme a la fuerza, sin contemplaciones ni nada, mientras grito con desesperación. Lloro de nuevo cuando me despierto. Sud
DantePor fin será mía. Al fin. Solo no entiendo por qué no estoy emocionado como pensé que lo estaría. El propósito siempre fue ese, hacerla mía, tenerla por una noche, satisfacer mis instintos más salvajes, poseer ese exuberante cuerpo y hacerla gritar mientras la follo duro. Pero ¿qué me ha hecho cambiar?Estoy molesto, pero más que nada conmigo, ya que empiezo a sentir algo por esa chiquilla. Ese no soy yo. Quiero hacer eso, tomarla y hacerla mía a la fuerza, pero muy en el fondo algo me dice que no lo haga.Estos días llegué a pensar en qué se sentiría tener a alguien a tu lado, una relación, algo estable, una novia o quizás a una esposa, una mujer a la que consentir, y compartir cosas con ella en vez de tener sexo, hacerle el amor, dormir abrazados y tal vez formar una familia.¿Y por qué no? Será porque soy un maldito asesino, un mafioso que está lleno de enemigos y que podrá correr con el mismo destino que el de sus padres. En vez de que me hagan daño a mí, se lo harán a ellos.
Ella está muy furiosa, y parece que saca chispas de sus ojos. En cambio, yo no dejo de sonreír.—¡Imbécil! —sisea entre dientes.Sonrío aún más.—Me encanta cuando te pones así. —Llevo mis manos a los bolsillos del pantalón y me inclino un poco hacía ella, que aún se encuentra frente a mí—. Eso hace que mi falo se prenda más. —Con una media sonrisa, le guiño un ojo.Se queda boquiabierta. Cuando procesa todo lo que dije, bufa y se gira por completo, alejándose. Me carcajeo por su reacción.—¡Largo! —Se gira para verme—. ¡No eres bienvenido aquí!—Tu familia no pensó lo mismo hace unos días.—Cínico, sinvergüenza, engreído. ¡Te odio! —Lanza sus puños a mi pecho, que golpea, mientras me insulta con todos esos apodos que me ha puesto.Mi sonrisa se borra al momento que la veo a punto de llorar. ¿Es por su mamá que llora? ¿O yo lo provoqué? Soy un maldito imbécil, merezco que me odie de por vida. Agarro sus muñecas y la atraigo a mis brazos para abrazarla. Ella comienza a sollozar. Acarici
Lillie—Insisto en que debemos irnos —digo cuando entramos al sitio al que mi amiga me arrastró—. No me agrada este lugar.—Deja de quejarte. —Jala mi brazo para que avance—. No nos vamos a quedar, solo comprobaré si me está engañando y después nos iremos.Resoplo molesta.Mi amiga se está obsesionando con ese tipo. Es la primera vez que hace esto. Nunca había llegado hasta el punto de vigilar a uno de sus conquistas o novios o lo que sea que signifiquen para ella.El lugar es muy distinto al que solemos trabajar. Este sí es un table dance, pero de esos de baja . En donde nosotras trabajamos solo bailamos sin quitarnos la ropa y otras chicas ofrecen servicio de compañía. Acostarse con los clientes no está permitido. Aquí, al parecer, es lo contrario. En la pista de baile hay chicas semidesnudas y otras sentadas al lado o sobre sus clientes. Ellos les meten mano. Hay algunos que hasta sexo tienen en los pasillos, lo digo porque ahorita pasamos a una pareja gimiendo mientras se movían pe
Los minutos pasan, y puedo creer que hasta pasó más de una hora. Se me ha hecho eterno. Mi trasero ya se entumeció de tanto estar sentada en un inodoro. Me levanto y salgo de ahí. Mi amiga aún no responde, y eso quiere decir que tal vez no ha visto mi mensaje o aún no termina con su asunto. Tendré que ir a buscarla porque no se detendrá si no la obligo . Lo que quiero es irme ya.Salgo del servicio de damas, pero primero me cercioro de que esos sujetos no andan por ahí cerca. Rezo por ello y avanzo hacia fuera. Cuando voy por los pasillos y llego hasta el mostrador de bebidas, no veo a Mika por ningún lado. ¿En dónde rayos se ha metido? Le pregunto a la chica que nos atendió al principio, pero no logra decirme casi nada, solo que la vio irse hace unos minutos con un tipo por el rumbo contrario de donde venía yo. No me dice exactamente qué lugar es ese y por qué motivo se fue allá. Le doy las gracias y me giro para ir hacia ese lugar. Es un pasillo largo. Más adelante veo unas puertas a
El comienzo de su infierno ¿Qué puede suceder cuando en la vida de una joven se cruza un hombre que puede ser el mismísimo diablo? Lillie Watson es una chica humilde con un carácter fuerte que ha logrado sobresalir de cualquier forma en la vida. A sus 19 años está estudiando en la Facultad de Medicina en una universidad que le ha costado mucho trabajo ingresar, ya que es de bajos recursos y no cuenta con el dinero suficiente para pagar una universidad especializada en Medicina. Vive con su madre, su hermana mayor y su sobrina. La señora Elena Watson es madre soltera de dos hermosas hijas y abuela de una hermosa pequeña de seis años. La madre de Lillie tuvo que sacar adelante a sus dos hijas cuando Lillie era tan solo una bebé. Ella trabajaba y trabajaba hasta llegar al punto de enfermarse y recaer, pero nunca se dejó caer, hasta que llegó el día en que le diagnosticaron cáncer a causa de un mal golpe que sufrió en su último empleo, una enfermedad que no detectó a tiempo. Lillie y s
LILLIE Siempre había sido muy puntual, estaba acostumbrada a llegar temprano a clases y salir a la hora exacta. También planifiqué mi vida. Trataba de mantener el control de todo mi entorno y no me gustaba la improvisación. Sin embargo, a punto de cumplir 20 años y cursando la Facultad de Medicina en dos años me hice un poco más responsable y exigente en mi tiempo. Siempre lo fui, pero ahora lo era más. Cada noche llegaba con tiempo a mi trabajo, ya que nunca me gustaba andar a las prisas y que me presionaran con el plazo. Por eso a donde fuera llegaba antes. Mi vida era común. Todos los días acudía a la universidad y en las noches cinco veces a la semana trabajaba en un club. Llevaba ya un año en ese lugar. Cuando entré allí, fui una mesera, pero mi jefa y el público al verme bailar en el escenario aclamaron mi presencia todos las noches. La verdad era que ya tenía experiencia en el baile. Había practicado ballet desde pequeña, pero cuando mi madre recayó en su enfermedad tuve que