La luna alumbraba los bellos jardines, Jacob y Madison caminaban hasta llegar al solitario jardín que fue mudo testigo de su entrega.
- Te ves hermosa Madison - murmuraba al oído de la chica.
- Te amo Jason...quizás es muy pronto para decirlo...pero me haces sentir como nadie más...quiero estar a tu lado para siempre - decía Madison abrazándose al fuerte pecho del adonis castaño.
Jacob recordaba las palabras de Eccheli y Connolly...debía decirle la verdad...ella no merecía vivir una mentira.
- Madison...hay algo que debí decirte...- dijo con seriedad el castaño.
El viento ondeaba la sedosa melena azabache.
- Entonces déjame ponerme cómoda para escucharte - respondió la bella ojiceleste para luego sentarse en el columpio.
El viejo sauce mecía sus ramas en el vaivén lento y sereno de la noche, sus finos cabellos de éban