—El día de la subasta, me contuve de quedarme al lado de Rosalyn, desde el día del “accidente” en el club, se reúsa a comer, se mantiene por sonda alimenticia, solo deja que le chofer la acompañe y la consuele, no me deja acercarme a ella, solo debo ser paciente y esperar a que mejore para poder seguir como antes o eso quiero pensar

—Que bien se ve hoy Neptaly

—Lo mismo puedo decir de usted señor Richmond, se ve deslumbrante, su traje de brillo era demasiado ostentoso para mi justo

—¿Cómo está el angelito? ¿Por qué no te acompaña hoy?

—Si habla de mi esclava, aún se está recuperando de las innumerables lesiones que tiene, aparte de su garganta y algunos puntos que tuvieron que cogerle, que por respeto no le digo donde son, pero puede imaginarse

—¿Qué?

—Vi su cara de asombro y me quedé algo sorprendido ¿No sabía nada? O me estaba mintiendo

—¡Eso no puede ser! Les asegure a los dueños del bar que ella era sagrada y nadie podía lastimarla, ya que tenía seguridad me retire con mi