Aquella chica me ponía nerviosa, no dejaba de ver a Bastian de una manera un tanto extraña.
—Bastian —susurro.
Pero no me prestó atención, todo lo contrario, soltó mi mano y se acercó a ella.
—¿Cómo puede ser posible? —pregunta tocando su rostro.
—Es largo de contar —dice ella tomando sus manos.
—Pero estás muerta —Bastian se aleja.
—¿Disculpen? —digo molesta y me acerco hasta ellos— ¿qué pasa aquí?
—Crys, ella es...