Mis amigas se avientan una miradita cómplice y comienzan a hablar de cosas banales, intento seguirles el ritmo pero mi mente estaba en otra parte. Cuando les comento que mi hermano regresará mañana a casa se ponen como locas y me proponen hacer una fiesta para celebrar esta noche en casa. Mi lado maduro me dice que no es buena idea, pero mi lado rebelde me confiesa que no estaría mal, necesitaba regresar a mi mundo, por lo que termino aceptando las cosas y me dejo llevar por la marea que me regala la vida.
Cuando llegamos a la escuela me siento mucho mejor, saludamos a nuestros conocidos y al caminar directamente hacia mi siguiente clase, las voces de mis dos mejores amigas parecen lejanas, no me siento muy bien que digamos, escucho que la campana suena e intento reunir todas las fuerzas que tengo para seguir de pie pero me siento de pronto muy débil, mi cuerpo arde y mi visión falla un
La música estaba a todo volumen en mi casa, mis dos mejores amigas se habían encargado de invitar a los chicos y chicas más populares del colegio pero no contábamos con que muchos de ellos traerían a sus amigos y estos al mismo tiempo a los suyos. El resultado era que había más de 200 estudiantes por mi casa y fuera del patio. No tuve que preocuparme por el alcohol ya que el amante actual de Marissa se encargó de todo. La marihuana y la droga era la estrella de la fiesta. Me había puesto unos pantalones ajustados que moldeaban mi trasero y lo resaltaba, una blusa muy escotada que no dejaba nada a la imaginación. Estaba un poco ebria pero aún era consciente de lo que hacía o no. —¡¿Qué significa esto Briseida?! Alguien me toma del brazo con fuerza y al girarme para estar cara a cara con mi agresor me doy cuenta de que se trata de Steve
—¿Qué haces? —intento preguntarle pero me ignora y caminamos por el pasillo hasta llegar a mi habitación. Al entrar cierra con cerrojo y se cerciora de que las ventanas estén bien cubiertas y prende una de mis lámparas. —¿Se puede saber qué estás haciendo? —me cruzó de brazos con diversión. No estaba en mis planes encontrarme con Jean en la fiesta, después de todo terminamos absolutamente todo lo que llegamos a tener hace días. Él ama a Alison y yo estaba regresando a mi vida, ¡así de fácil! —Eso mismo quisiera saber yo —me clava su fría mirada y siento cosquillas en el estómago— ¿quién es ese chico al que estabas a punto de besar? —¿Es una broma, cierto? —abro los ojos como pla
Estoy de acuerdo con que mi hermano al ser el mayor tenía todo el derecho de darme una regañina, incluso paso todo lo que eso conlleva ser la oveja negra de la familia. Pero mi vida sexual y sentimental me la guardaba para mí. Mientras preparo la comida aún puedo recordar con exactitud qué fue lo que había pasado. Me había permitido el capturar cada momento, cada palabra, cada acción pero sobre todo el cómo fue que Jean me despreció de la peor manera. —¿Me puedes explicar qué es lo que sucede aquí? —Omar me pregunta sin perder ni un solo minuto más. Me giro y veo como Jean comienza a despertar, bajo la mirada y noto que ambos estamos vestidos, entonces comprendo todo y no puedo evitar soltar una carcajada. Jean ve a mi hermano y abre los ojos como platos, parece muy asustado pero tenía la manera más sutil de explicarle todo lo que hab
—¿Y tú quién eres? —Le pregunta Joel con una mirada agridulce— ¿su papá? ¡Piérdete imbécil! —Soy su amigo y... —Pues tranquilízate, actúas como un novio celoso —Joel rueda los ojos— solo era un beso... —¡Largo! —Jean aprieta los puños pero se mantiene en su lugar. —¿Qué crees que estás haciendo? —intento interponerme en ambos. —Ya déjalo Bri, nos vemos en la escuela otro día para terminar lo que empezamos —Joel me guiña un ojo y girando sobre sus talones se marcha dando un buen azote a la puerta. Suelto un enorme suspiro al saber que se había evitado una pelea, ¿qué le pasaba a Jean? estaba actuando muy extraño.
Cuando Jean se marchó lloré por última vez de coraje, ¿cómo es que había sido tan idiota? Estaba claro que nunca se sintió amenazado ni mucho menos sintió celos, solo intentaba coger conmigo y lo había logrado sin duda alguna. Y ahora estaba sentada en la sala impaciente a que llegará mi hermano con la dichosa sorpresa que tenía para mí, necesitaba alejarme de Jean, estaba claro que había sido mi primer experimento fallido, ya no se podía hacer nada. Por lo que aunque no muy segura de lo que me trataba de convencer... Decidí que lo mejor en estos casos para mí era seguir con mi camino. Jean ama a Alison y ya estaba. Levanto la mirada y la clavo sobre la hora que marca el reloj favorito de papá, y comienzo a ponerme de pie para ir a mi habitación cuando de pronto escucho que mi hermano me grita. —¡Bri! —Exclama a todo pulmón entrando a la casa con una enorme sonrisa de oreja a oreja que
Miro a mi hermano y veo que está llorando pero aparto la mirada de él, sabía que eso lo incomodaría así que me trago el nudo de mi garganta e intento aparentar ser feliz. —¡Esas han sido las palabras más dulces que me has dicho hermanito! —le doy un golpe ligero en el brazo. —¡Tonta, es de mala educación escuchar las conversaciones ajenas! —Omar gira los ojos— se supone que ya debes estar dormida, mañana hay escuela. —Lo sé, solo he venido a darte nuevamente las gracias por el carro y a despedirme —encojo los hombros. —No tienes nada que agradecer Bri, somos familia —agrega Omar dándole un nuevo mordisco a su sándwich. —Vale, pues buenas noches —me doy la media vuelta y salgo po
Mi corazón comienza a acelerar su ritmo, ¿qué me pasaba? era solo un chico cualquiera, así que por algún impulso idiota termino besándolo, fue un beso rápido, sin lengua, solo labios. Cuando me alejo veo que está sorprendido y enseguida se sonroja más de lo que ya estaba. —Eso ha sido... —Si no te gustó no lo digas y ya —le aviento una mirada amenazadora. —No es eso, es que... —baja la mirada. —¿Qué sucede? —apunto dispuesta a romperle las bolas si me insulta. —Sé que parecerá extraño y puede que no me creas pero —ancla sus ojos azules en los míos— ese ha sido mi primer beso. Abro los ojos con sorpresa buscando algún indicio d
No había duda alguna de que Michelle era un chico muy apuesto, y eso se notaba a kilómetros de distancia. Cuando se acercó a mí todos comenzaron a hablar por lo bajo pero no me importaba, aquellos ojos azules se posaron sobre mí y sus sonrisa hizo que las comisuras de mis labios se elevaran en dirección al cielo. Este chico me parecía verdaderamente interesante.—Briseida, ¿puedo hablar contigo un momento? —escucho que me habla Jean pero lo cierto es que mi mirada está sobre Mich.—Aja —respondo al tiempo que sonrío cuando veo como una chica rubia se acerca a Mich para hacerle la plática y hace un gesto que resalta su incomodidad.—Quisiera pedirte una disculpa por... —la vo