Justo cuando pienso voltear para enfrentarlo se escucha un golpe, el rechinar de unas llantas y al girar a mí izquierda veo como el cuerpo de Celeste sale volando, cae al pavimento y el mismo tráiler la arrolla.
—¡Joder! —Se me caen las bolsas de la impresión, corro hacia la multitud que comienza acercarse pero Jean me detiene—. ¿Qué haces?
—Vámonos —me dice como si no hubiera pasado nada y sin quitar la mirada del accidente.
—¿Acaso eres un insensible? —me suelto de su mano— ¡Celeste acaba de morir y a ti solo se te ocurre salir corriendo!
—Briseida, vámonos —me dice en un tono tan tranquilo que desespera.
—He dicho que no —niego con la cabeza y comienzo a caminar hacia la mult
La lluvia caía a cantaros y no dejaba de ver las gotas resbalarse por la ventana mientras tomaba un café cargado con leche descremada. Observo la hora que marca el reloj digital colocado minuciosamente sobre la mesilla de noche de mis padres, desde que murieron no había tenido el valor suficiente para entrar, pero esta noche después de lo que pasó con Stephan tomé el coraje necesario y entré. Él está dormido en la sala con un enorme hematoma y un dolor horrible en la entrepierna. Sonrío al recordar lo que había pasado; Básicamente estaba cansada de seguir su estúpido juego de sumisa, por lo que tras engañarlo fingiendo que seguía su juego, terminé por darle un puñetazo en su rostro perfecto, para luego darle un golpe de gracia en los bajos. El pobre me suplicó que lo dejara en paz y le permitiera quedarse solo esta noche argumentando que por la mañana desaparecería de mi vida. Ver la ha
Mis amigas se avientan una miradita cómplice y comienzan a hablar de cosas banales, intento seguirles el ritmo pero mi mente estaba en otra parte. Cuando les comento que mi hermano regresará mañana a casa se ponen como locas y me proponen hacer una fiesta para celebrar esta noche en casa. Mi lado maduro me dice que no es buena idea, pero mi lado rebelde me confiesa que no estaría mal, necesitaba regresar a mi mundo, por lo que termino aceptando las cosas y me dejo llevar por la marea que me regala la vida. Cuando llegamos a la escuela me siento mucho mejor, saludamos a nuestros conocidos y al caminar directamente hacia mi siguiente clase, las voces de mis dos mejores amigas parecen lejanas, no me siento muy bien que digamos, escucho que la campana suena e intento reunir todas las fuerzas que tengo para seguir de pie pero me siento de pronto muy débil, mi cuerpo arde y mi visión falla un
La música estaba a todo volumen en mi casa, mis dos mejores amigas se habían encargado de invitar a los chicos y chicas más populares del colegio pero no contábamos con que muchos de ellos traerían a sus amigos y estos al mismo tiempo a los suyos. El resultado era que había más de 200 estudiantes por mi casa y fuera del patio. No tuve que preocuparme por el alcohol ya que el amante actual de Marissa se encargó de todo. La marihuana y la droga era la estrella de la fiesta. Me había puesto unos pantalones ajustados que moldeaban mi trasero y lo resaltaba, una blusa muy escotada que no dejaba nada a la imaginación. Estaba un poco ebria pero aún era consciente de lo que hacía o no. —¡¿Qué significa esto Briseida?! Alguien me toma del brazo con fuerza y al girarme para estar cara a cara con mi agresor me doy cuenta de que se trata de Steve
—¿Qué haces? —intento preguntarle pero me ignora y caminamos por el pasillo hasta llegar a mi habitación. Al entrar cierra con cerrojo y se cerciora de que las ventanas estén bien cubiertas y prende una de mis lámparas. —¿Se puede saber qué estás haciendo? —me cruzó de brazos con diversión. No estaba en mis planes encontrarme con Jean en la fiesta, después de todo terminamos absolutamente todo lo que llegamos a tener hace días. Él ama a Alison y yo estaba regresando a mi vida, ¡así de fácil! —Eso mismo quisiera saber yo —me clava su fría mirada y siento cosquillas en el estómago— ¿quién es ese chico al que estabas a punto de besar? —¿Es una broma, cierto? —abro los ojos como pla
Estoy de acuerdo con que mi hermano al ser el mayor tenía todo el derecho de darme una regañina, incluso paso todo lo que eso conlleva ser la oveja negra de la familia. Pero mi vida sexual y sentimental me la guardaba para mí. Mientras preparo la comida aún puedo recordar con exactitud qué fue lo que había pasado. Me había permitido el capturar cada momento, cada palabra, cada acción pero sobre todo el cómo fue que Jean me despreció de la peor manera. —¿Me puedes explicar qué es lo que sucede aquí? —Omar me pregunta sin perder ni un solo minuto más. Me giro y veo como Jean comienza a despertar, bajo la mirada y noto que ambos estamos vestidos, entonces comprendo todo y no puedo evitar soltar una carcajada. Jean ve a mi hermano y abre los ojos como platos, parece muy asustado pero tenía la manera más sutil de explicarle todo lo que hab
—¿Y tú quién eres? —Le pregunta Joel con una mirada agridulce— ¿su papá? ¡Piérdete imbécil! —Soy su amigo y... —Pues tranquilízate, actúas como un novio celoso —Joel rueda los ojos— solo era un beso... —¡Largo! —Jean aprieta los puños pero se mantiene en su lugar. —¿Qué crees que estás haciendo? —intento interponerme en ambos. —Ya déjalo Bri, nos vemos en la escuela otro día para terminar lo que empezamos —Joel me guiña un ojo y girando sobre sus talones se marcha dando un buen azote a la puerta. Suelto un enorme suspiro al saber que se había evitado una pelea, ¿qué le pasaba a Jean? estaba actuando muy extraño.
Cuando Jean se marchó lloré por última vez de coraje, ¿cómo es que había sido tan idiota? Estaba claro que nunca se sintió amenazado ni mucho menos sintió celos, solo intentaba coger conmigo y lo había logrado sin duda alguna. Y ahora estaba sentada en la sala impaciente a que llegará mi hermano con la dichosa sorpresa que tenía para mí, necesitaba alejarme de Jean, estaba claro que había sido mi primer experimento fallido, ya no se podía hacer nada. Por lo que aunque no muy segura de lo que me trataba de convencer... Decidí que lo mejor en estos casos para mí era seguir con mi camino. Jean ama a Alison y ya estaba. Levanto la mirada y la clavo sobre la hora que marca el reloj favorito de papá, y comienzo a ponerme de pie para ir a mi habitación cuando de pronto escucho que mi hermano me grita. —¡Bri! —Exclama a todo pulmón entrando a la casa con una enorme sonrisa de oreja a oreja que
Miro a mi hermano y veo que está llorando pero aparto la mirada de él, sabía que eso lo incomodaría así que me trago el nudo de mi garganta e intento aparentar ser feliz. —¡Esas han sido las palabras más dulces que me has dicho hermanito! —le doy un golpe ligero en el brazo. —¡Tonta, es de mala educación escuchar las conversaciones ajenas! —Omar gira los ojos— se supone que ya debes estar dormida, mañana hay escuela. —Lo sé, solo he venido a darte nuevamente las gracias por el carro y a despedirme —encojo los hombros. —No tienes nada que agradecer Bri, somos familia —agrega Omar dándole un nuevo mordisco a su sándwich. —Vale, pues buenas noches —me doy la media vuelta y salgo po