Capítulo 3 La prueba

Toc-toc!

Kano respira aliviado.

- «Sin duda voy a compensar al que está salvándome la campana»

Todo lo que es referente a compromisos matrimoniales lo ponen nervioso, sin esperar que le contestaran entra un joven alto, cabello castaño claro, ondulado y corto, ojos grises, atlético sus rasgos faciales masculinos bien distribuidos, con un tono de voz masculina y una sonrisa agradable refiere:

- ¡Disculpe mi intromisión! Pero no podía esperar más para venir a saludarlo señor Koyama –dice con una gran sonrisa.

Kano estaba a punto de regañar al intruso cuando Atsushi se levantó tan rápido como un rayo y abrazo al muchacho.

- ¡Guau! ¡Muchacho! ¡Cómo has crecido! ¡Míralos, Marcelo! ya son todos unos hombres. ¿Debes tener muchas chicas revoloteando a tu alrededor? - le afirma dando un pequeño toque con el puño en mandíbula del joven.

-No tantas como las que tiene Kano a sus pies- responde con sonrisa en los labios.

-Hablas demasiado Liam ¿Quién te dijo que vinieras? Kano le envía una mirada asesina. El ver que es tan íntimo con Atsushi le llena de rabia las entrañas.

-Vamos muchacho, ¿no me digan que todavía no ha podido resolver sus diferencias? ustedes son hermanos, llevan la misma sangre, y la sangre es un lazo que jamás se rompe- les dice Atsushi poniendo una mano en cada hombro de los jóvenes.

-Solo somos medios hermanos- Responde Kano manteniendo un gesto serio.

-Hermanos de la misma madre, salieron del mismo vientre, hermanos al fin, llegara el momento que ustedes me darán la razón, o al menos me podrían regalar eso antes que yo muera- La tristeza nubló sus facciones.

Sin embargo, la tensión era percibidle en el ambiente, existe una distancia aludidle entre los hermanos. Tal así que no notaron el rayo de tristeza del señor Atsushi. Siendo ambos expertos para leer a las personas.

-Los siento no quería interrumpir, creo que todavía soy imprudente, me gano las ganas de volver a verlo- se rasca la cabeza.

-No te preocupes podrás hablar todo lo que quieras hoy, en la cena familiar- le dice el viejo señor Lombardo tratando de alivianar el ambiente.

-Ni lo sueñes Liam, hoy celebramos el cumpleaños de tu padre, no puedes faltar.

-Sin ofender- interrumpe Chiara la madre de los hermanos, que entra sin anunciarse, se acerca a Atsushi y le da un beso en la mejilla.

- ¡Hola Chiara! tan hermosa como siempre- la elogia Atsushi.

-Y tú todo un caballero como siempre- le da una sonrisa coqueta.

El rostro de Liam se entristece «prefiero estar en la cena con el abuelo y Atsushi que, en el cumpleaños de papá, que mal, no tengo opción»

Atsushi nota el cambio en la expresión de Liam y le dice:

-No te preocupes muchacho mañana te invito a cenar a mi casa. Si no te importa compartir un rato con un solterón de más de 45 años y su hija. Bueno ¿si no tienes otros planes?

-Yo encantado no dude que ahí estaré- La alegría reflejada en una sincera sonrisa.

-Cenamos a las 7 pm. Me gusta que sean puntuales.

-De acuerdo no hay problema

- «No puede creer como este lame botas logro conseguir tan fácil una oportunidad de oro para intimidar con Atsushi, así de la nada»- La expresión de Kano se oscurece.

En ese momento llega Pablo con las bebidas y bocadillos.

- ¡Buenos días, Señores, Señora!

-Bueno caballeros creo que fue un placer saludarlos, pero Liam y yo tenemos mucho trabajo y no queremos molestar al nuestro nuevo presidente- enfatizando las dos últimas palabras.

Madre e hijo tiene puestos importantes en la compañía que no podía para nada descuidar para evitar estar en el ojo del huracán que era Kano. Antes de marcharse Kano le recuerda a Liam.

-Espero que recuerdes hacerte cargo de las pruebas para las pasantes, pero si es mucho trabajo para ti le puedo decir a Pablo que se haga cargo- le dice en tono sarcástico. Y marcando su estatus sobre su hermano.

-No será necesario, podré con todo lo que dispongas que deba hacer- con el pecho en alto, mostrándose orgulloso

-Señor presidente- Se despide inclinado un poco la cabeza

Liam le da el paso a su madre para que salga primero y enseguida la sigue para salir de presidencia.

- ¡Toc, toc!

- ¡Pase! - Ordena Kano

-Disculpe la intromisión- se disculpa el asistente de Atsushi. Marcus Salinas, un hombre de 26 años, alto, corpulento, cabello negro muy corto, ojos cafés oscuro, trigueño claro –Señor me podría disculpar un momento.

Atsushi voltea a ver a sus anfitriones y con un gesto de disculpa sigue a Marcus al pasillo de la recepción de presidencia que da a un ventanal espectacular.

- ¡Señor!

-Alonso nos informa que le perdieron la pista a la señorita Halia- lo dice en un tono cuidadoso y tragando saliva. –dice que los dejo cuando se pasó la mediana de la autopista para ir en la otra vía- le dice omitiendo varios detalles.

- ¿Por qué? ¿No la llevaron ellos mismos a la universidad? -Dice Atsushi frotándose las cienes, tratando de mantenerse calmado. No podía explotar en este lugar y dejar una mala impresión de Halia.

- ¡Señor! Alonso justifica que la señorita tomo la motocicleta nueva, como usted la ha estado entrenado hace mucho, no lo vieron mal. –expresa Marcus con su mano en la nuca.

Atsushi no pudo evitar curvar sus labios en una ligera sonrisa de orgullo y de inmediato agrega:

-Todos ustedes son hombres altamente entrenados, con equipo de rastreo de alta calidad. Dime ¿cómo una chica de 20 años los ha dejado atrás? - Gruñe en un tono bajo pero severo.

- ¡Señor por favor discúlpenos, la señorita Halia se ha vuelto muy ágil!, sin contar que la motocicleta es nueva, por lo que, no le han incluido los equipos de Koyama

Marcus como líder de las medias lunas siempre, asume las responsabilidades del equipo y también es el encargado de aplicar las sanciones, este hombre leal también es la mano derecha de Atsushi.

- ¿La buscaron en el puente? - mirándolo seriamente.

- ¡Si Señor!, fue el primer lugar que buscaron- Halia tenía un lugar favorito en esta gran ciudad, que la recargaba de buena vibra. Un lugar que conoceremos bien en el transcurso de esta historia.

- ¡Bien! - dice en tono hosco. Yo me encargo.

- ¡Marcus!, no puede dejar pasar esto por alto. Se trata de Halia- Lo mira con sus ojos marrones llenos de hostilidad.

Marcus asiente con la cabeza.

Sin más saca su teléfono y hace una llamada.

********

Mientras tanto en un tumulto de personas. Halia se forma en el área de mercadeo y distribución de la corporación Lombardo, la pobre chica como pez fuera del agua se siente abrumada y completamente sofocada por la gran cantidad de personas.

Ella pertenece al grupo de chicos sobresaliente en su universidad. El señor Koyama es el principal benefactor promocionando, a los estudiantes destacados, un área donde pueden desarrollar su potencial, la desventaja es que son grupos pequeños, que interactúan poco o nada con el resto de los estudiantes universitarios.

Halia nunca pensó que para estos puestos vendrían tantas personas y el tumulto le agravaba su claustrofobia

- «No puedo creer que Nana haya tenido razón»- respira profundo - «No, no, vamos Halia usted puede con esto»

¡Rim, Rim! – el sonido saca a Halia de sus agobio. En el identificador de llamada. “Bàba” –vaya ya se había tardado.

- “¡Aló!” – contesta con la mano tapando el auricular, tratando de disminuir el ruido externo.

- “¿Halia dónde estás?”- Le dice con un tono severo.

- “Tratando de escapar de mis guardaespaldas”- Lo dice en un tono de picardía y en voz baja para evitar ser escuchada. Sin embargo, cerca de ella una chica perspicaz, delgada, cabello negro y lacio, escucha poniendo especial atención a la palabra guardaespaldas

- “Bàba usted me dijo que debía práctica con la motocicleta, me pareció una buena idea poner a practica mis habilidades”- Opto por una excusa sencilla porque caería rápido si le decía una elaborada.

Atsushi del otro lado del teléfono mueve la cabeza de un lado a otro. - “Te quiero en la universidad a tiempo. Sabes que me molesta que este sin escolta”

- “No te preocupes, llegare a tiempo”- no había terminado de hablar cuando escucho una voz masculina, que le hablaba a Atsushi

- “¿Algún problema? - Atsushi contesta - “No para nada ya está resuelto”- termina la llamada.

Por fortuna la conversación con su padre la distrajo del escenario donde estaba.

Todos los participantes entraron a una gigantesca sala equipada con computadores y otros instrumentos de electrónica. Un hombre de mediana edad con traje formal les da las instrucciones de cómo se desarrollará la prueba.

40 minutos después.

La mayoría de los candidatos salieron con cara de pocos amigos, solo un puñado de chicos tenía rostros de satisfacción, entre ellos Halia y la chica perspicaz.

- ¡Hola!, soy Brenda – se acerca a Halia con una gran sonrisa en su rostro.

-Halia. ¡Mucho gusto!

-Escuche que este año van a aceptar a 10 pasantes, es la promoción más alta en años. ¡Ojalá! Entremos.

-Yo tengo la fe que si ¿Cómo sentiste la prueba? - Pregunta Halia como para mantener la conversación.

-No sé, pero hice y contesté todo- afirma moviendo las manos.

-Sabes ¿dónde están los baños? Consulta Halia un poco abrumada por la falta de espacio y mirando por todos lados.

-Claro los visualice apenas llegue- le informa Brenda. Tomándola de la mano la guía a su destino.

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