Una vez dentro del carro, mientras Carol se acurrucaba en sus brazos, Logan se volvió para preguntarle:
—¿Tienes planes para más tarde?
Antes de que Rebeca pudiera responder, la niña levantó la cabeza de su abrazo y dijo:
—Sí, si estás libre, ¿salimos un rato después de comer?
—Yo...
Antes de que ella pudiera hablar, Carol la interrumpió con un puchero:
—Vamos, solo di que sí.
Rebeca: —... Está bien.
Media hora más tarde, llegaron al restaurante.
En cuanto entraron, se topaban con Liliana y Alejandra.
Estas dos se quedaron paralizadas al ver al trío.
Ellas hablaron primero:
—Logan.
Este asintió con la cabeza en respuesta.
Rebeca los vio, pero tras una sola mirada, apartó la vista y siguió caminando sin detenerse.
Carol no las reconoció. No era raro que la gente saludara a Logan por la calle, así que no le prestó mucha atención y siguió el ritmo de su madre.
Ellas tampoco prestaron mucha atención a Rebeca y Carol.
Justo cuando estaban a punto de hablar, Carol se dio cuenta de que Logan