—Realmente es milagrosa —dijo Taylor con una sonrisa orgullosa.
Le alcé las cejas y luego miré a la doctora.
—No creo que nos hayamos conocido —le dije, mi voz empezando a regresar completamente mientras tomé otro sorbo más grande de agua.
Se sonrojó y me dio una pequeña sonrisa.
—Soy la Doctora Elizabeth Pierce. Pueden decirme Eliza porque sé que eres cercana a Taylor y al Alfa.
Miré a Taylor, dándole una mirada perpleja.
—Ella sabe que estás trabajando para Gavin —admitió—. Y que te vas a mudar a su mansión.
—¿Y por qué sabe esto? —pregunté, ya sabiendo la respuesta, pero queriendo escucharla de él.
—Porque Eliza es mi pareja —explicó.
La miré, y ella lo estaba viendo con una sonrisa orgullosa. Se veía como si estuviera a principios de los 30, tal vez incluso finales de los 20.
—También es la mejor doctora del mundo —continuó—. Es la doctora principal en su hospital y viaja frecuentemente. Acaba de regresar después de estar fuera por 2 semanas.
—Estaré por aquí un tiempo —le aseguró—