Mi corazón se acelera y mis manos comienzan a sudar, que demonios me pasa ni siquiera lo he visto y ya me estoy deshaciendo, camino con decisión al coche y planto mi sonrisa más amplia y dulce del mundo, aunque se ve claramente que es fingida, pero vamos hay que ser chocantes y atorrantes y ser así me sale de lo más natural. En cuento estoy cerca baja el vidrio y sin mirarme si quiera me dice
—Esta abierto, sube.
Rodeo el coche y abro la puerta del copiloto me subo y sin decir nada me siento viendo hacia el frente, no quiero verlo todavía así que mantengo la vista al frente, su cuerpo desprende hostilidad y está claramente tenso y molesto, voltea a mirarme, pone los ojos al frente otra vez y sin más solo me dice.
—El cinturón —pongo los ojos en blanco y me pongo el cinturón y le respondo fríamente
—Listo.
Luego de unos segundos, respira