Secretos de mi Niñera
Secretos de mi Niñera
Por: Viviana
Capitulo 1. Noche congelada

Comenzaba a caer algunos copos de nieve esa noche, obligando a Hunter Lanzoni apresurar la salida de casa de sus suegros.

—Vamos amor, se hace tarde —apresura desde la puerta del coche a su esposa Victoria  —. Regresaremos mañana, Vic… —sonríe al ver que esta abrazaba a su madre con fuerza.

—Ya lo sé, pero entiende a tu esposa, ando más sensible que antes —le responde la rubia sonriente.

Victoria se da la vuelta mostrando su enorme vientre de 8 meses. La rubia ajusta su abrigo mientras que camina hacia el coche que comparte con su esposo.

—¿Por qué no se quedan esta noche? —dice el padre de Victoria. Su hija mira su esposo y este le pone cara de que no podían.

—Prometo traerla mañana por la tarde —contesta Hunter.

—Hunter tiene una reunión muy importante en la compañía mañana, y será muy temprano, por eso debemos irnos. Si nos quedamos tardaremos mucho en regresar a casa.

—Entonces, quédate tu hija, hace mucho frío para que andes en la calle. Ya está nevando —insiste su madre.

—Estaremos bien, madre.

La rubia sonríe y se despide con la mano, luego se mete en el coche y su esposo hace lo mismo… Hunter saca el coche del estacionamiento y toca la bocina antes de alejarse por completo.

—¿Crees que debí quedarme con mis padres? —Le pregunta su esposa mirando al rubio a su lado.

—¿Y luego como dormiría yo solo en esa cama sin mis amores? —al rubio se le dibuja una sonrisa en los labios mientras posa la mano en el vientre de su esposa.

—Está muy inquieta, ya desea salir y conocernos.

—Y nosotros a ella, no sabes las ganas que tengo de tenerla en mis brazos.

—¡Y yo!, mi mamá le ha comprado un montón de monerías. Mis padres la van a malcriar mucho.

Hunter sonríe, a su bebé no le faltara amor. Sus padres habían muerto en un accidente de tránsito, y siendo hijo único nunca tuvo eso que su esposa si tenía… ¡una familia!, pero ahora que estaba casado con la mujer más bella y cariñosa del mundo y encima en camino venia un bello bebé, se sentía más que satisfecho con la recompensa que recibió.

Haber perdido a sus padres fue duro para él, eran muy unidos, pero ahora con Victoria a su lado y su familia que lo había acogido como uno más de la familia no se quejaba de su vida.

—Me alegra de que la quieran consentir, es su primera nieta.

—Pero no será la única, yo quiero tener más bebés, como unos tres más.

—Victoria, por favor…

—No me digas que no, yo quiero que tengamos una familia numerosa.

—De acuerdo, tendré que sacrificarme…

Hunter se ríe a carcajadas mientras que su esposa golpea su hombro. Pero ella también se ríe. La joven mira por la ventanilla y nota que la nieve caía con más intensidad, pero la vía estaba bastante transitada.

—Sera mejor que se dé prisa señor Lanzoni, porque esta señorita me está obligando a ir al baño.

—Llegaremos en unos minutos, no quiero acelerar tanto, la nieve es muy gruesa.

—Te amo, Hunter… —la joven sonríe al mirar a su esposo —. Cuando llegue nuestro bebé no podrás con las dos.

El CEO sonríe y niega, luego enciende el parabrisas para quitar los escombros de nieve del vidrio, mientras que Victoria enciende la calefacción.

—He pensado en un nombre para nuestra hija, es muy hermoso…

—¿Y cuál será? Quedamos en que lo elegiríamos los dos.

—Lo sé, pero… —ella muerde sus labios —. Me gusta Jewel, es un nombre precioso y para nada común.

—¿Jewel? ¿Segura? Yo estuve pensando en otros…

—Vamos amor, ¿qué tiene de malo? Es precioso, y…

Ella detiene sus palabras al sentir que su hija comenzó a patearla con fuerza, ella sonríe y toca su barriga.

—A ella le gusta…—susurra, su esposo mira de soslayo y ve como la barriga de su esposa se deformaba de una manera algo dolorosa.

—¿Estas bien? —frunce el ceño.

—Si mi amor, estoy… ¡CUIDADOOOOOO!

Victoria grita justo cuando levanta la vista y ve que un coche venia del lado contrario fuera de control.

Hunter regresa la vista al frente tomando el volante con ambas manos, para intentar esquivar el coche fuera de control, gira el suyo propio, pero este impacta la parte trasera con la barda de seguridad y la delantera con el carro que perdió el control.

El automóvil de Hunter patino en la carretera congelada dando algunas vueltas, hasta que se detuvo solo, y sin esperarlo, otro coche lo impacta por la parte de atrás con bastante fuerza.

El rubio medio abre los ojos debido a todos los impactos que recibió, cuando miró a la derecha se fijó que el puesto donde estaba su esposa se encontraba vacío.

—Vic-Victoria…—susurra para luego quedar inconsciente.

[…]

Alonzo y Riana llegaron corriendo a la sala de urgencias cuando fueron llamados por un oficial de tránsito. Los padres de Victoria no podían creer lo que les habían dicho, su hija y su esposo habían tenido un accidente en la vía de regreso a casa.

Pero no sabían el estado de ninguno de los tres, hasta que llegaron al hospital público donde fueron ingresados.

—Por favor, somos los familiares de la pareja que tuvo el accidente en la vía —le preguntan a la recepcionista, pero el hospital estaba a rebosar.

—Nombre de los pacientes, por favor.

—Victoria de Lanzoni y su esposo Hunter.

—Un momento por favor.

La mujer se pone en pie y sale a los minutos con un doctor.

—Buenas noches, soy el doctor que está atendiendo el caso de la señora Lanzoni. Vengan conmigo por favor.

—¿Cómo está mi hija? ¿El bebé? ¿Su esposo? por favor doctor, ¿qué está pasando? —pregunta Riana desesperada.

El doctor los mira seriamente.

—No les voy a mentir, su hija salió expedida del coche de su esposo. El paramédico me informo que ella no utilizaba el cinturón de seguridad.

—¡Dios mio! —dice la mujer abrazando a su esposo.

—¿El bebé…?

—Le practicamos una cesárea de emergencia a su hija, y pudimos salvar al bebé, pero su situación es crítica tenemos a la niña en una incubadora puesto que tiene 8 meses. Estamos haciendo lo posible por salvarla.

—Dios, nooo…

—Sé que es duro, su hija se encuentra en un estado crítico, como médico no puedo asegurarle que sobreviva. Como lo siento, ella presento muchas fracturas y desgarres, a duras penas los paramédicos la trajeron y pudimos extraer al bebé.

Riana se desploma en el suelo junto con su esposo, ambos lamentaban profundamente la situación de su hija. Jamás se imaginaron que algo así les pudiera suceder.

—Lo siento mucho, hacemos todo lo que podemos por ella. Pero, prácticamente llego para que su hija pudiera nacer.

El médico siente verdaderamente el dolor de los padres, era duro perder a un hijo. Suelta el aliento y mira la planilla que tenía en sus manos, era su obligación mostrársela a los padres de la paciente.

—Por dios, ¿Y Hunter? ¿Dónde está Hunter? —la mujer se pone en pie completamente desesperada.

—Cálmese, el señor Lanzoni sufrió heridas en la cabeza, al parecer impacto varias veces con el cristal de las ventanas. Su cinturón de seguridad lo mantuvo pegado del asiento.

—Dios mio, Victoria no usaba cinturón por el embarazo —dice la madre llorando aún más.

—Lamento por lo que están pasando. Por ahora le damos toda la atención posible a la niña, mientras que la madre lucha por salvarse.

La mujer lloraba sin consuelo en el hombro de su esposo.

—El señor Hunter esta inconsciente, lo hemos pasado a una habitación. Cuando deseen pueden ir a verlo, si quieren ver a la niña solo podrá ser a través del cristal. Las siguientes horas serán las decisivas para ellas dos.

Alonzo asiente mientras abraza a su esposa.

El doctor levanta la carpeta y mira al hombre mayor, esté nota que el doctor quería decir algo más, así que lo observa fijamente.

[…]

Hunter intenta abrir los ojos, pero siente los parpados tan pesados que se le dificulta abrirlos. Sin embargo, hace el intento hasta que lo consigue.

Una fuerte luz blanca lo ciega un poco llevándolo a fruncir la mirada, el CEO relame sus labios al sentirlos algo reseco y áspero.

—Está bien, aquí tienes un poco de agua —escucha una voz conocida, y luego su boca es humedecida por el líquido que anhelaba beber —. Despacio, toma despacio.

—Riana… —susurra.

—Shhh… no hables mucho, tienes que descansar.

—No, que… ¿Qué fue lo que paso? —se lleva la mano a la cabeza y siente que la tiene vendada.

—No hagas eso, espera un poco Hunter.

—No, no, Vic… Victoria…

La mujer comienza a soltar lágrimas en silencio e intentaba tranquilizar a su yerno. Él estaba fuera de peligro, pero su estado era un poco delicado; tenía una costilla rota, un fuerte golpe en la cabeza y cientos de hematomas en todo el cuerpo.

—No, cálmate. Alonzo ya viene, no puedes ponerte en pie —le dice limpiando sus lágrimas con el dorso de la mano.

Cuando se despabilo completamente, él observa que su suegra estaba llorando, y por su expresión no era desde ese momento que ella lo estaba haciendo, su cara estaba tan hinchada que se podría decir que llevaba en ese proceso días.

—¿Dónde está Victoria? —pregunta seriamente.

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