Observó la ventana mientras los árboles pasaban rápidamente ante sus ojos, juntos sus manos y empezó a jugar con ellos para tranquilizarse pero obviamente era inútil hacerlo a hasta alturas del campeonato. Félix le acaricio la cabeza y le sonrió con tranquilidad, Michelle trato de sonreír pero solo salió una mueca extraña de sus labios. Llegó al complejo de apartamentos en donde se hospedaría momentáneamente y abrió no solo los ojos y la boca, ante la belleza y la elegancia del lugar nada parecido a la vestimenta despreocupada de el.
— ¿Porqué te sorprendes tanto? — Preguntó curioso.
— A estas alturas pensé que vivías debajo de un puente o un en homeless. — Sonrió divertida.
Subió al elevador y llegaron al tercer piso, si el lugar le había fascinado el apartamento la dejo más maravillada, las paredes de mármol le dieron un toque contemporáneo y con mucho estilo, escucho un ruido en la cocina y se escondió detrás de la espalda de Félix.
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