Estefanía Wolsky
Mudarme a la casa había sido básicamente la cosa más simple que había hecho en toda mi vida porque simplemente tuve que sentarme y decirle al personal lo que quería llevar.
Kadet había insistido en que contrataría a alguien para que me ayudara y aunque me negué, fue claro al decir que no dejaría que nada me perturbara, que esto sería simple y no quería estresarme, por eso acepté.
Y aunque casi me vuelvo loca porque pensaba que él sabía algo a cerca del bebé que creía tener, me di cuenta de que era él siendo él y cuidando de mí como solo él sabía hacerlo.
Carolina también tenía al personal ayudándola y sonreía como una colegiala después de que una tarde la subí al auto y la llevé a ver la casa para preguntarle si le gustaba.
También hablé con ella respecto a mis hijos. Respecto a los que tendría y a los que ella tendría que acostumbrarse. Y me dijo que le encantaría tener sobrinos a los cuales cuidar y llevar a pasear cundo supiera conducir.
Pero ya Kadet le había dich