—Además, aunque lo hayas acusado injustamente, ¿acaso él no te ha hecho lo mismo en el pasado? —argumentó Elena, indignada.
»¡Todas esas veces que creyó las calumnias de Anna y te echó la culpa a ti de sus artimañas, aún me enojo de solo recordarlo!
»Ahora le tocará a él experimentar lo que se siente ser injustamente acusado. ¡Que sepa lo desagradable que es!
Bella no quería devolverle a Pedro la misma moneda.
La noche anterior, al ver a Carlos con aquella mujer, de inmediato le vino a la mente el gesto adusto de Pedro, y empezó a sospechar de él.
Y cuando luego se enteró de los rumores escandalosos sobre Carlos, sumado a que Pedro no había vuelto a casa en toda la noche, Bella se convenció de que él había orquestado toda esa campaña de desprestigio.
Así que, sin más, fue a su empresa a reclamarle.
Sin detenerse a considerar si podría estar equivocada.
...
En la nueva oficina de Elio.
Carlos se hallaba sentado en un sofá frente a él, con el semblante adusto.
—Carlos, ¿qué te pasa? ¿Por