Bella, no se enojó al ver eso. —Entonces, primero gracias por el regalo.
Después de agradecer, Bella contempló un rato la pulsera y luego revisó las fotos en su teléfono.
Unas horas más tarde, el avión llegó a la ciudad Mar.
Nada más aterrizar, Bella recibió una llamada de Carlos diciendo que la estaba esperando en el aeropuerto.
Cuando Pedro bajó del avión, lo reconocieron y lo detuvieron para saludarlo, así que Bella salió primero.
En la zona de estacionamiento, Carlos en efecto la estaba esperando.
Seguía conduciendo su llamativo automóvil deportivo. Vestía pantalones blancos y llevaba gafas de sol, recostado contra el coche, con un aire desenfadado y apuesto.
—¡Bella, por aquí!
Al verla, Carlos se quitó las gafas, saludándola y acercándose a ella.
Bella iba a dirigirse hacia Carlos, pero de pronto una gran mano la detuvo.
Al mirar atrás, se encontró con que Pedro, con gesto de desagrado, había salido también y le decía: —¿Por qué no me esperaste? El chófer nos está esperando, vamos