Pedro no solía entrometerse en asuntos ajenos, pero al ver la expresión de curiosidad y ansia de chismes en los grandes ojos de Bella, respondió en voz baja: —Él lo sabe, no va a cruzar los límites.
—Simplemente tiene la costumbre de expresar sus sentimientos, pero en unos días se dará por vencido. —agregó Pedro.
Bella pareció decepcionada y dijo: —¿No puede persistir un poco más?
Pedro miró a Bella con sospecha.
Si Manuel persistiera unos días más, tal vez el esposo de Elena se enteraría de esto y se pondría un poco nervioso, prestando más atención a Elena.
Pero eso no era algo que pudiera contarle a Pedro.
Así que Bella dijo: —No puedo explicártelo.
Pedro se quedó sin palabras.
El conductor llevó a Bella a la Villa Dragón.
Antes de que Bella se bajara del coche, Pedro dijo en voz baja: —Volveré más tarde para ponerle la medicina en el hombro, no hace falta molestar a Fiona.
Manuel también mencionó eso anoche.
Bella todavía se negó: —No, Fiona puede hacerlo.
Pedro expresó una mezcla d