Cillian ardía de rabia al pensar en cómo lo habían sometido a la tortura y en la impotencia que sintió cuando Brendan lo inmovilizó en el suelo.
Poco después, les ordenó ferozmente a sus subordinados: "¡Denle una paliza! ¡Golpéenlo hasta matarlo!".
"Señor King...". Los pocos guardaespaldas se quedaron mirándose unos a otros. "¿De verdad vamos a darle una paliza? El señor King padre es...".
La expresión de Cillian se volvió fría y sus ojos de aspecto siniestro se llenaron de intención asesina. "¿Estás trabajando para él o para mí?".
Tan pronto como hizo el comentario, los subordinados no tuvieron el valor de hablar más. Uno de ellos levantó la mano y golpeó a Brendan.
Brendan se desplomó en el suelo de dolor, solo para recibir puñetazos más fuertes que los anteriores. Sentía como si sus órganos internos explotaran a causa de los puñetazos y se agitaran en su pecho.
Deirdre sacudió la cabeza con todas sus fuerzas. Podía oír el sonido de los golpes y también el gruñido ahogado de