Un día es paz y al otro es guerra
Francia, minutos antes del ataqueArianaEl ruido de unos pasos resuenan por la habitación. Restriego mis ojos con ambos puños para aclararme la vista y observo al hombre con él que pasé la noche a hurtadillas buscando aquí y allá sus prendas para vestirse.—¿Te vas? —se detiene y me observa. «Por supuesto que se va idiota»—Si, pequeña —sonríe—Pensé que podríamos escaparnos y desayunar, o hacer algo juntos —comento haciendo un leve puchero.«Te ves como una estúpida» rebate mi mente. Son cosas que debo hacer, me recuerdo.—Sabes que nadie puede vernos juntos preciosa —toma asiento a mi lado para acariciar mi rostroFrunzo los labios en una línea. No quiero que se vaya, quiero que esté conmigo y continúe a mi lado. ¿Por que no puede entender eso?—Lo sé —me cruzo de brazos— pero hemos podido hacerlo sin ser vistos —giro el rostro cuando intenta besarme