Ariel podía sentir un peso en su corazón durante todo el camino de regreso a su casa, tanto ella como su padre estuvieron en silencio, pero cada uno con pensamientos completamente diferentes en mente y cuando llegaron finalmente, ella se encerró en su habitación y Dominic con el ceño fruncido no pudo evitar seguirla.
— Ariel, sal, necesitamos hablar. — Espetó Dominic tocando la puerta, las miradas entre ella y Grayson no habían pasado desapercibidas para él, no había podido dejar de pensar en esto y sentía que tenía que dejarle unos puntos claros a su hija, porque ahora que estaba comprometida con Bastián debía comportarse adecuadamente o su reputación se mancharía, lo cual él no podía permitir.
— No quiero hablar en este momento, hablamos después papá. — Respondió Ariel con un nudo en la garganta.
La mirada llena de dolor que le dio Grayson simplemente no salía de su cabeza y los reclamos de Denise la estaban torturando aún más.
Creía que aceptar el compromiso era lo correcto,