Nuevamente, tenía el vestido puesto, el día de la boda había llegado y ella no paró de llorar desde que su madre fue horas antes a tenerla lista para la boda. Sin duda alguna no era el mejor momento de todos, mucho menos era algo digno o bueno que debía hacer. Su hermana tampoco estaría en la boda, sus amigas estaban mirándola llorar y su madre se encontraba recibiendo a los invitados.
— Sasha —su amiga Liliana la abrazó—. No estés triste por esto, puedes matar al hombre mientras duerme si quieres.
— Ese es el problema, no puedo hacerlo, y me siento mal por todo lo que me está pasando —susurró dolida—. ¿Cómo es posible que mi padre me haga este tipo de cosas? ¿Qué le hice?
&mda