Gracias por todo abogado, puede regresar a Londres si así lo desea, yo lo dejo porque tengo que ir a buscar a mi hija. Salí más feliz que nunca del juzgado logré muchas cosas, ese idiota no podrá acercarse a ellas más nunca ahora espero que lo cumplan y si no lo mataré.
—jefe ¿Qué haremos después de buscar a la niña? —iremos a almorzar, necesito que busques una casa, o creo que mejor busca dos que estén muy alejadas del lugar donde vive Sofía ahora.
— ¿Qué hará con dos casas? —quiero que los padres de ellas también se muden, no podrán vivir tranquilos mientras esas personas estén cerca y mi esposa no querrá vivir lejos de sus padres, ahora que recién regresó de Rusia.
—¿piensa vivir con ella? —obvio es mi esposa, no quiero que la niña se críe en hogares separados, es más en algún momento ella tiene que cumplir con sus deberes. —Ya sabía yo, que eso no era solo por caridad —soy hombre tengo mis necesidades y no me apetece buscar nada en la calle ella tiene todo lo que deseo y lo más im