Erick entro a la cafetería entre avergonzado y satisfecho, avergonzado por qué hizo todo aquello delante de muchas personas y delante de los que podrían ser su nuevo jefe, sus mejillas tomaban un suave color rosado, pero a la vez no se arrepentida, había logrado defenderse de Omar, y eso es algo que necesitaba hacer.
Omar se podía ir al carajo, sus padres también se podían ir al carajo, no necesitaba de nadie, solo necesitaba de él.