Kenton observaba a Esmeralda esperando que ella asumiera lo que había hecho sin sentir culpas. No había de que avergonzarse, ¿Por qué lo haría? Ella era una adulta y él también, además de muy discreto.
-Ya pasó, no es como si pudiera retroceder el tiempo y comportarme decentemente- Dijo finalmente y Kenton sonrió
-No existe la decencia en la habitación. Mientras que lo que hagamos sea consensual todo está permitido. Lo disfrutamos los dos. Te arrepientas o no, lo disfrutaste y lo sabes, ¿No sería más sensato arrepentirse si odiabas la experiencia?- Aquello la hizo pensar un momento
-Creo que tienes razón- Concluyó finalmente con un intenso rubor cubriendo sus mejillas
Lo que Esmeralda no se atrevió a decir fue que aquella noche había disfrutado más que las anteriores. Los orgasmos que había alcanzado la habían hecho vibrar completamente. Los dedos de sus pies se habían contraído y había sentido un fuego abrasador quemándola por dentro. No tenía que arrepentirse de nada, aun