De mala gana Leonardo asiste a su despacho, se sentía frustrado y al mismo tiempo dolido. Al llegar ni siquiera saluda a Amanda, se supone que ambos están teniendo un romance, ese desplante la sonroja y la avergüenza frente a los chicos del despacho, ya que todos conocen que desde hace unos días están saliendo formalmente. Pero lejos de juzgarlo a la ligera, entiende que estaba en horario y que en ese momento era su secretaria y el su jefe con un pésimo humor. Que caminaba a su oficina sin saludar a nadie.
—Se nota que noche no fuiste a la cena —Le susurra Cristian, tratando de hacer sonreír a la bella chica —Voy a preguntar que es lo que le ocurre.Cristian lo sigue con los informes del último día respecto al proyecto del ingeniero Ramírez, debía revisarlos y darle su visto bueno antes de firmarlos.—¡Que geniecillo te mandaste el día