-¿qué sucede?- pregunta un Scott preocupado.
Al parecer mis gritos lo atrajeron al baño...
-¡eres tú!- grito. Desde que llegó las voces desaparecieron, no pude evitar gritar, pensé que moriría.
Siento como toca el cristal para correrlo.
- estoy desn...- la frase se corta cuando Scott desliza el cristal a la velocidad de la luz.
Me observa completamente y se da la vuelta al toparse con mi cara de incomodidad.
- te escuché gritar- dice en forma neutra, como si ni le importara.
- yo... sí, es que las- niego y cierro los ojos. Ya no veo nada. Todo desapareció.
- discúlpame por entrar así- dice aún de espaldas.
- no me molesta- digo riendo por lo bajo.
El niega y sonríe levemente.
- ¿te lastimaste?- pregunta dando la vuelta e inspeccionando mi rostro.
- todo en orden- vuelvo a negar-