– ¿¡Que!? ¿U–usted me está proponiendo, s–sexo? –el menor Hunther se ríe con cierta picardía y se inclina más a ella y asiente. –Por favor joven Bahil, déjeme tranquila, no me atormente.
– ¿Te atormento, Grecia?
Aquello me hace esbozar una sonrisa y de inmediato hago aparición para ayudar a esa pobre mujer que esta que se desmaya.
–El casanova menor de los Hunther, vaya, vaya –este voltea a verme y sonríe, Grecia de inmediato oculta su rostro entre sus manos, Dios, es tan dulce. –Ya deja a esa pobre mujer, adonis.
– ¿Ups? –sonríe con esa picardía nata que tiene y voltea a ver a Grecia, esta le mira entre los espacios de sus dedos. –Nos vemos pronto, mi hermosa Grecia –le guiña el ojo y luego pasa a verme a mí. –Sera mía, ya lo veras –aquello me hace abrir la boca de par en par y luego me echo a reír. –Nos vemos cuñadita.
–Adiós, Bahil.
Me pasa a un lado y se marcha, yo me acerco hasta donde se encuentra Grecia y esta exhala todo ese air