— Entiendo — dijo finalmente, tratando de mantener la calma en su voz. — Haremos lo que sea necesario.
Maximiliam asintió, satisfecho con su respuesta.
— Buena decisión. Ahora, termina tu cena y descansa. Los preparativos están en marcha, y pronto serás mi esposa en una ceremonia que no admitirá errores — dijo —. Debes recuperarte pronto, te conseguí un pase para un evento de interioristas.
Brianna tomó un bocado de su cena con una mano temblorosa, mientras la otra se aferraba a su corazón, luchando por mantener la compostura. ¿Un pase? Maximiliam salió de la habitación, dejando a Brianna sola con sus pensamientos. Cada bocado de su comida era una tortura, un recordatorio de la vida que estaba a punto de perderse y de los desafíos que aún tenía por delante.
***
El gran evento estaba a punto de comenzar, y Brianna se encontraba en su habitación, ajustándose el elegante vestido negro que había elegido para esa noche. Era entallado, realzando su figura con sutil elegancia. Los finos