Regreso a mi habitación para descansar y prepararme para la gran noche. Una noche donde soy protagonista de un sueño que nunca tuve y con alguien que no se atreve a darme la cara.
Las dos copas de vino parecen a verme hecho efecto, un bostezo escapa de mi boca, me siento algo relajada. Me recuesto en la cama y sin proponérmelo fácilmente me quedo rendida.
No sé cuánto tiempo estuve dormida, sólo sé que despierto al escuchar la voz de Mercedes llamándome y tocando la puerta. Me incorporo agitada. Tomo el móvil de la mesa de noche y veo la hora.
—Aguarde —digo mientras me levanto para abrirle. Junto a ella hay un hombre rubio y exageradamente vestido.— ¿Qué ocurre Mercedes?
—Vengo con el estilista, él es François y se encargará de arreglar su cabello y maquillarla.
—Bien, sólo me lavo el rostro y bajo.
—¡No te preocupes querida! Traigo todo para hacerte una limpieza de cutis antes de maquillarte. —dice y entra a la habitación rodando la maleta negra con una mano, mientr