Las mujeres se llevaron a las seis nuevas amigas, las hicieron bañarse y labar su cabello, después les cambiaron de ropa por una adecuada, las peinaron y maquillaron con tonos suaves, al final ellas mismas se quedaron asombradas con su nueva apariencia, la reina Anabel:

—¿Por qué estaban tan descuidadas?—

Una de ellas contestó con tristeza:

—”Con el duque era mejor pasar como varones, si se hubiera dado cuenta que somos mujeres, nos hubiera utilizado como incubadoras, para sacar descendientes más poderosos.”—

—’Tiene razón, por lo visto pasaron por muchas dificultades desde pequeños.”—

Se fueron integrando al grupo sin dificultad, les gusto el bordado y estaban distraidas, cuando llegaron el príncipe Enky y el conde Sergio, pasaron a ver como se encontraban todas y como evoluciona cada una de las que vacuno ese día.

El conde Sergio se acercó para que Alma lo consintiera un poquito, la besó con ternura y se quedó con la excusa de que él quería bordar, Alma le guiaba las manos y el feli