Marília corrió a su habitación llorando compulsivamente y su desesperación la dejó sin aliento. No podía soportar más tanta persecución y no saber por qué su corazón vacilaba cuando solo debía sentir odio por él.
Marília
¿De nuevo quiere atormentarme con su presencia y si yo saliera de esa ciudad? ¿Será que así él dejaría de buscarme? No lo creo, Vinícius me encontraría con la ayuda de sus hombres de confianza… Yo tengo que seguir firme y no dejar que él me conmueva con sus palabras. Se quedó sin tener qué decir y eso solo confirmó mis sospechas.
Al día siguiente, me desperté temprano e intenté no pensar en lo que había pasado y en ese encuentro inesperado. La abuela estaba tomando un baño y pasé por su habitación, vi la prenda de ropa que estaba haciendo para mi hijo y sonrió… El timbre sonó y fui a atender.
— Marília! — Yasmim abrazó mi cintura y yo estaba muy feliz de verla de nuevo, el mayordomo estaba con ella.
— Espero que la señorita no se oponga, Vinícius me pidió que trajera