Sylvana:
El resto de la velada es bastante tranquila. Kaleb y su padre se funden en charlas, Gianna y Samuele parecen dos adolescentes en pleno noviazgo. Magdalena y yo los contemplamos calladas.
—Me da tanto gusto verla así de feliz, al fin.
—Se lo merece y Samuele es un buen tipo —digo y el brazo de Kaleb me toma por sorpresa.
—Debemos ir a descansar —dice luciendo sus pronunciadas ojeras. Asiento y me despido de la familia. Subimos al auto y sin darme cuenta me quedo dormida.
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Siento como subimos las escaleras, su respiración es pesada, parece estar cansado. Me aferro a su cuello y suspiro. Me encanta su aroma, es tan… masculino.