—Siempre tuve cuidado… pero no lo tuve contigo, Dante Moretti —susurró Alicia, la voz quebrada por una mezcla de miedo, amor contenido y dolor.
Y fue en ese preciso instante, como si las palabras hubieran rasgado un velo invisible, que Dante también cruzó el umbral de la puerta vieja.
Apenas la pi