Pero Alessandro no se movió. Observó a su hija, a su esposa emocionada, y luego a Dante. Finalmente, su voz sonó menos fría:
 —Si algo les llega a pasar… algo mínimo… no te lo perdonaré, Moretti.
 —No les pasará nada. Haré todo lo que esté en mis manos para protegerlos —juró Dante.
 Alicia entonces