Rodrigo se encontraba frente a los abuelos de su amada, les había pedido la mano de su querida Connie; era una mañana tranquila en Roma, las cuatro personas que se encontraban comiendo en la terraza del restaurante se encontraban hablando animadamente acerca del próximo matrimonio de la pareja joven.

¿A qué te dedicas? - hablo el hombre mayor mientras se dirigía al hombre- me gustaría saberlo, no es por desconfianza, es curiosidad solo eso- concluyo el mayor.