Que el de soldado o señor de una fortaleza.
¿Qué mujer no desearía descansar con un hombre como el? Dolores lo miro y lo que noto en su mirada la tranquilizo. Mostraba compasión, y lo duro que sería el día para ella. Sería la primera vez, que hacía frente a una multitud, para la puesta de u anillo. Lo más cruel el estaba consciente de que entre ellos no había amor. Ella lo miro y se le colorió las mejillas.
Nicolás estaba consciente de la mano fría que llevaba en la suya. De la sutil diferencia entre aquella mujer con la cual se había percatado casarse. Y de la mujer que la semana pasada solo había intercambiado pocas palabras con el ahora sería su esposa. Dolores lucia alta y elegante,el rico terciopelo que la envolvía y que formaba la cola del velo y el vestido. Las líneas fluidas,de su cuerpo, eran todo gracias y suavidad, nada que ver con el,recuerdo que tenía de una mujer sin encanto ni atractividad.
Las mangas de su vestido acababan unos puños de piel sobre los cuales flotaban