[XAVI]
Si la luna fuese capaz de contar las historias de amor de las que ha sido testigo, probablemente contaría la nuestra. Un hombre y una mujer mirándose con amor y sosteniendo una copa de champagne en sus manos para brindar por la locura más grande que ambos hemos cometido, huir de una realidad que nos iba a condenar. Miro esos ojos tan especiales que tiene y me veo reflejado en ellos, observo sus labios y puedo darme cuenta de que en ellos quedaran grabados los míos para siempre, al igual que los de ella han quedado grabados en los míos.
—Me encanta mirarte.— Le confieso e inclino mi cuerpo un poco para acortar la distancia que genera esta mesa.
—Definitivamente tu mirada ha sido mi perdición.— Dice y bebe un sorbo del champagne.
—¿Por qué lo dices?— Pregunto con una media sonrisa llena de ideas que se cruzan por mi mente.
Una leve risa se escapa