-No, no estoy enojada, solo que no quería mojarme. –Le dije.
-Vamos a jugar? –Dijo Vicky
-Solo somos cuatro, no podemos hacerlo. –Dije encogiéndome de hombros.
-Tienes razón, a menos que juguemos aquí dentro, el que deje caer la pelota pierde. –Dijo Vicky
-Si dale. –Dijo Carlos
-Espero no dejarla caer. –Esta vez hablo Nain
Terminamos de jugar, termine agotada.
-Chicos me voy a sentar ya no me quedan fuerzas. –Les dije, me di vuelta cuando sentí los brazos de Nain, me levanto en sus brazos y me llevo hasta donde habíamos dejado las cosas.
-Déjame decirte lo hermosa que te vez, te amo tanto, amor mío. –Me dijo Nain, se quedó sentado conmigo, puse mi espalda en su pecho y me quedé en esa posición, sentía mis ojos cansados, quise tomar una pequeña siesta.
-Amor, amor.
- ¿Qué paso? –Dije un poco confusa.
-Tienes que comer, Elías nos trajo almuerzo.
-No tengo hambre.
-Hey, tienes que almorzar, son las tres de la tarde.
-¿¡Que!? Dormí mucho, pues si mi amor, espera yo me dormí en tus brazos