156| Alex.

Era imposible conciliar el sueño. Ana Laura y yo nos acostamos en su cama, abrazados. Había sido un día extenuantemente largo, y aquí habíamos pasado más de medianoche sentados en la sala esperando alguna noticia. Al final, decidimos irnos a la cama.

Federico había decidido quedarse con nosotros en la casa de Ana Laura. A pesar de que nos había visto juntos, parecía que su preocupación por su hermano era más grande que sus celos. Habíamos decidido irnos a la cama después de todo.

Carlota tenía movilizando todo su equipo para tratar de encontrar a los escondites donde Máximo tenía a nuestros hermanos, pero era prácticamente imposible.

Lo único que nos quedaba era esperar, esperar a que el hombre se comunicara con nosotros, que dijera qué quería, que nos llamara para explicarle que nosotros no tuvimos nada que ver con el dron.

Pero, ¿cómo podríamos justificarle eso? Aunque nosotros no lo hicimos directamente, probablemente fue mi padre, o sea, prácticamente lo mismo.

Mientras abrazaba a
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