Tomás
Salí de casa de los abuelos de Sophia con un nudo en la garganta y un sentimiento de frustración ardiendo en mi pecho. No podía creer que me hubiera echado de aquella manera, como si fuera un intruso en su vida.***
- Tomás, vete, por favor. - Me ordenó con firmeza. - Necesitamos un momento a solas.
- ¿Cómo que a solas? - pregunté, completamente confundida por la situación. Miré a Vítor, el playboy que estaba en el sofá con la abuela de Sophia, y luego volví la mirada hacia ella. - No puedo dejarla sola con ese idiota. ¡Y no ibas a decirme que ibas a dejar esta mierda de trabajo!
Mis palabras salieron con una mezcla de preocupación y frustración. No entendía por qué Sophia quería quedarse a solas con esta mierda, sobre todo después de todo lo que había pasado. Ademá