Una hora más tarde habían bajado del trasbordador. El cielo estaba despejado, la brisa era fresca y al parecer el día estaba llegando a su fin. La débil luz del moribundo sol se estaba ocultando en el horizonte, habían aterrizado en la costa y el mar era de un color azul rey.
- Es una vista hermosa. – Dijo Èliàn. Habían estado caminando por la costa tomados de la mano una vez que bajaran del trasbordador.- Pero esa no lo es. – dijo Neithan que estaba de espaldas a la playa. En cuanto Èliàn se dio la vuelta, apretó con más fuerza la mano de Neithan y con la otra se tapó la boca de la impresión.- ¿Qué sucedió aquí? – Preguntó con asombro. Un inmenso castillo en ruinas se cernía a cierta distancia de la costa. Algunos de los escombros yacían dispersos en el suelo, el cual era completamente gris. El cielo