Cuando Élián llegó la sala de control estaba desierta, Neithan no estaba por ninguna parte. Ella fue hacia el tablero de control Ahnya apareció repentinamente.
- Neithan llora. – Èliàn se sobresaltó. - ¿Por qué?- Sufrió un golpe bajo. – Dijo la muchacha y se sentó en la silla del copiloto. – Una traición.- Yo no lo traicionaría. – Dijo Ahnya. – Nunca lo haría.- Lo se. – Le dijo Èliàn y le sonrió. – Y él también lo sabe. - Luego sacó el chip de un bolsillo. – ¿Podrías guardar esto y poner la nave en marcha? – Ahnya asintió.- ¿Rumbo a dónde?- Por ahora no tenemos un rumbo establecido. Pero deja la red del navegador abierta para captar señales, esperemos que alguna reliquia aparezca. – Ahnya volvió a ase